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El fundador y dueño de Laser Food, que desde hace dos décadas desarrolla equipos para mejorar la industria agroalimentaria, prevé invertir dos millones de euros para producir un textil vegano sustitutivo del cuero animal que utiliza como materia prima los residuos procedentes del caqui valenciano.
El veganismo se ha convertido en una realidad y hoy sus productos marcan la dieta de millones de personas en todo el mundo, que además están dispuestos a pagar más por esos productos completamente de origen vegetal. Los productos veganos se han convertido en toda una oportunidad para todo tipo de productores agroalimentarios. Ahora uno de los proveedores valencianos de tecnología para esa industria quiere convertirse en pionero con el desarrollo de un nuevo producto que aproveche el rápido crecimiento de la moda vegana mucho más allá de la alimentación, precisamente en la industria textil.
Ese es el ambicioso reto de Jaime Sanfelix al frente de Laser Food con el lanzamiento de un producto textil vegano sustitutivo del cuero animal y que procede de uno de las frutas por excelencia del campo valenciano, el caqui. La empresa se encuentra en la fase inicial de presentación tras invertir medio millón de euros en la patente del producto, bautizado como PersiSKIN, y en su desarrollo. Este nuevo producto ha sido creado con la participación del centro tecnológico del textil Aitex. La financiación del proyecto ha contado con los fondos públicos del CDTI y, en su mayoría, con fondos propios.
Sus planes son invertir hasta 2 millones de euros en la fase de producción, que prevé comenzar en mayo de este año. En esta segunda fase plantea abrir una primera fábrica donde se elaborará el tejido definitivo y comenzarán la comercialización, según el propio Jaime Sanfelix, director general de Laserfood.
Además de ofrecer una alternativa a los consumidores que buscan productos cuyo origen no sea animal, el éxito de esta iniciativa puede contribuir a resolver el problema de la sobreproducción de caqui, una realidad desde hace años, después de que se desatase una fiebre por el cultivo de esta fruta que sustituyó muchos campos de naranjos. En los últimos cinco años la cosecha del caqui ha tenido una evolución exponencial haciendo que la producción aumente a unos niveles desorbitados. Esto ha producido que en la actualidad más del 50% de la producción anual se conviertan en excedentes que no llegan a comercializarse.
El nuevo textil PersiSKIN busca dar salida a este excedente en la Comunitat Valenciana, que es la principal productora de caquis de España, concentrando el 85% de la cosecha nacional de esta fruta. Se estima que los campos valencianos producen anualmente más de 300 millones de kilos de esta fruta. Además, permitiría recuperar un sector auxiliar vinculado a la actividad textil en la zona productora del caqui, como talleres de marroquinería, confección de ropa, calzado, etc., generando con ello cientos de nuevos puestos de trabajo.