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Este es uno de los propósitos de PersiSKIN, la compañía valenciana que propone una solución sostenible para aprovechar los caquis excedentes de los campos valencianos a través de la fabricación de piel natural.
El material, denominado ‘bio-based’, sustituye la piel animal y sintética proporcionando una alternativa a los cueros tradicionales con menor impacto ambiental. Además de ser respetuoso con el medio ambiente, es sostenible y cuenta con más de un 75% de contenido de base biológica.
La Comunidad Valenciana es la principal productora de caquis de España, concentrando alrededor del 90% de esta fruta de la cosecha nacional
En 2021 se produjeron 425.339 toneladas, según estadísticas de la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana. La realidad es que en los últimos años la cosecha ha tenido una evolución exponencial lo que ha derivado en un exceso de producción suponiendo que más del 50%, concretamente más de 200.000 toneladas de caquis, se conviertan en excedentes que no llegan a comercializarse, quedando en el suelo del propio campo.
Una piel natural
Este ha sido el principal motor que ha llevado a la compañía a lanzar piel natural hecha a partir de caquis. “En la industria agroalimentaria es un reto dar uso y salida al producto excedente que no llega a comercializarse. En el caso de PersiSKIN, proponemos una solución para el excedente de caqui de los campos valencianos a través de la fabricación de un textil vegano”, comenta Jaime Sanfelix, CEO de PersiSKIN.
La creación de esta industria textil vegana paliaría las pérdidas que sufren actualmente los agricultores, estimadas en más de 60 millones de euros anuales. Además, esta apuesta impulsaría una reconversión del sector textil valenciano, que actualmente factura en torno a 2.200 millones de euros, hacia una producción sostenible.
Modelo circular
PersiSKIN apuesta por un modelo de economía circular partiendo de la base de darle una segunda vida a los caquis desechados por los agricultores. Por un lado, revaloriza esa cosecha, que actualmente ocupa 14.430 hectáreas en la Comunidad Valenciana, y ofrece a los agricultores una salida a esas partidas. Por otro lado, favorece la generación de empleo en la zona de producción así como la creación de un subsector textil y al mismo tiempo ofrece al mercado una alternativa sostenible al cuero animal y sintético.
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“La realidad es que los materiales Next-Gen, o materiales con composiciones innovadoras, continúan creciendo y ocupando cada vez más espacio en la industria de la moda. Esta nueva corriente, que empieza ya a posicionarse, viene a dar solución a las necesidades medioambientales de la industria textil, dando lugar a productos y asociaciones innovadoras”, comenta Jaime Sanfelix.