Entrevista a Jaime Sanfelix, CEO de PersiSKIN
PersiSKIN es una entidad cuya visión es fabricar un cuero vegano natural e innovador que se ha desarrollado, a partir de desechos de la cosecha de caquis, como alternativa sostenible al cuero animal y las opciones sintéticas contaminantes. El CEO de la compañía, Jaime Sanfelix, nos explica que “la misión de la organización consiste en ofrecer esta alternativa en todos los lugares del mundo donde actualmente está siendo utilizado como materia prima este tejido. Se trata de cualquier sector que sea susceptible del mismo como el calzado, la tapicería o la ropa”.
“La innovación está en nuestro ADN. Lo que hacíamos hace 20 años no se parece a lo que realizamos en la actualidad, pero esta característica siempre ha estado impregnada en nosotros. Hemos evolucionado en base a todos los desarrollos que hemos implantado y ofrecido. Aportamos valor impulsando un ecosistema productivo que fabrica piel natural a partir de los excedentes de caquis”, asegura Jaime Sanfelix.
La huella de carbono de PersiSKIN es prácticamente nula ya que su actividad consiste en recoger del suelo lo que no se utiliza. “Aportamos valor al agricultor el cual obtiene una rentabilidad. Dotamos de una estructura productiva alrededor de la misma zona productora, es decir, ofrecemos a las empresas y emprendedores que se implanten en la misma zona para realizar productos elaborados con un Kilómetro Cero. Hay 500 millones de kg anuales de los cuales un 50% se desperdicia”, explica el CEO de PersiSKIN .
De cara al futuro, los principales retos para la compañía son la supervivencia y la penetración en el mercado. “Hemos firmado un convenio de exclusividad con el Grupo Antolín para que a través de sus 140 fábricas en todo el mundo podamos ofrecer nuestro servicio a todas las compañías que existan. Este grupo abastece de acabados interiores a todas las marcas existentes de vehículos. Lo que pretendemos es conseguir una penetración amplia en el mercado, y que nuestro sector tenga un mayor recorrido y presencia en él”, concluye Jaime Sanfelix.